Los masajes con las manos no son los únicos, también puedes usar los pies, el pelo y todo el cuerpo, las posibilidades son infinitas. Entre tú y tu hombre debe existir la suficiente confianza, entendimiento y complicidad, como para probar cosas diferentes y averiguar cuáles les resultan más excitantes. Con un leve roce en la piel puedes tener asegurada una excitación inesperada.
- Caricias con el cabello. Una posibilidad muy interesante de roces es acariciar con tu cabello el cuerpo de tu chico, recorriendo toda su piel. Esa sensación del pelo suave le será sumamente agradable y a la vez diferente y tentadora.
- Roces con el cuerpo. Un jugueteo que conseguirá un efecto de provocación en tu compañero es usar tu propio cuerpo para acariciarlo. Acércate suavemente, dale con tus pechos pequeños roces sobre su piel y ve recorriendo de esa forma su espalda, pompis y piernas. Dale una sensación erótica que lo haga receptivo a cualquier juego sexual que le propongas, acariciando todo su cuerpo con tus brazos, tu cara, tus nalgas y las plantas de tus pies.
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